La parte Líquida de la Tierra

Si observamos por ejemplo esta imagen (Océano Pacífico), podemos darnos cuenta de que la mayor parte de la superficie terrestre está cubierta de agua. Casi las tres cuartas partes de la Tierra están cubiertas de agua (¿no deberíamos llamarlo planeta Agua?). En las zonas continentales también podemos encontrar agua formando ríos, lagos, embalses, aguas subterráneas y en los polos de la Tierra y en la cumbres de las montañas también podemos encontrar agua, esta vez en su forma sólida. Por último podemos encontrar agua en ciertas capas de la atmósfera, esta vez en forma de vapor de agua (gas) formando las nubes. Todo ello (agua sólida, líquida y gaseosa) es lo que denominamos hidrosfera terrestre. Según el diccionario de la Real Academia de las Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, la hidrosfera se define como "el conjunto de las aguas que cubren parte de la superficie terrestre, la zona externa del planeta en la que existe agua en forma gaseosa, líquida o sólida (superficial o subterránea)".


El hielo que forma los icebergs está originado en los glaciarescontinentales, y por ello pueden alcanzar dimensiones considerables. No procede del agua marina porque el hielo o banquisa que se forma en la superficie del Océano Ártico, por ejemplo, nunca llega a tener un espesor grande, ya que la presión que recibe el agua a varios metros de profundidad es lo suficientemente grande como para impedir que se congele.
El hielo es menos denso que el agua líquida; por eso flota, y por eso, también, no puede formarse hielo a cierta profundidad: más aún, el hielo que se forma en la banquisa del Océano Ártico también está formado por agua dulce y se forma más por escarcha que por nieve, por lo cual procede del agua atmosférica.



Un glaciar es una gruesa masa de hielo que se origina en la superficie terrestre por acumulación, compactación y recristalización de la nieve. Su existencia es posible cuando la precipitación anual de nieve supera la evaporada en verano, por lo cual la mayoría se encuentra en zonas cercanas a los polos, aunque existen en otras zonas montañosas.
Un 10% de la Tierra está cubierto de glaciares, que almacenan unos 33 millones de Km3 de agua dulce. En épocas pasadas, durante las glaciaciones, se extendían por zonas de baja altitud y en todas latitudes.
Hay dos tipos de glaciares: de casquete y de montaña. Los glaciares de casquete son enormes, cubriendo extensas zonas continentales. El mayor de estos glaciares de casquete es el que cubre el continente antártico, en el Polo Sur. En la Antártida hay zonas donde el hielo tiene hasta 2 Km de espesor. Los glaciares de montaña son como ríos de hielo que bajan lentamente, pudiendo encontrarse en zonas alejadas de los polos, como los Alpes, los Andes o la cordillera del Himalaya.
Además de los glaciares, hay otro tipo de hielo en nuestro planeta: la banquisa. Esta banquisa es una delgada capa de hielo que se forma sobre la superficie marina durante el invierno, fundiéndose en el verano.




Las precipitaciones (lluvia, nieve y granizo) reemplazan el agua que los océanos pierden por la evaporación.




El clima es el resultado de la interacción de la atmósfera, la hidrosfera y el Sol. El clima suele definirse en términos de temperatura y pluviosidad, factores que están relacionados con los procesos del ciclo del agua.
La temperatura de una zona depende de la humedad ambiental y de la cantidad de agua condensada. En las zonas costeras, donde hay mucha humedad y condensación, los cambios de temperatura (día-noche e invierno-verano) no son muy bruscos. En cambio, en los desiertos, donde hay poca humedad y condensación, los cambios de temperatura son muy bruscos.
corrientes marinas también influyen mucho en el clima de una zona, calentando o enfriando el aire, especialmente en zonas costeras.
Si se rompe el equilibrio natural del ciclo del agua, se producen sequías einundaciones. Los seres humanos estamos alterando este equilibrio natural y, por consiguiente, estamos alterando el clima.